martes, 19 de febrero de 2013

"Me no malo" en 65 palabras

Hoy te he visto, como muchos otros días, pero hoy, he decidido hablarte. Al principio no sabía cómo empezar ni qué decirte, pero ha sido más sencillo de lo que pensaba.

Hoy te he escuchado, he conocido tu timbre de voz y tu acento parisino. Siento mucho no hablar tu idioma ni que tú  hables el mío, pero ¡suerte del lenguaje no verbal, cuánto ayuda!



jueves, 19 de julio de 2012

Rompe mi silencio

Sentados en la misma habitación; junto a la misma mesa.
Me miro las uñas, repasando una a una si están bien cortadas o hay alguna rota; juego con los mechones de mi pelo, enredándolos entre mis dedos mientras que con mi mirada sigo cada una de los cuadros y adornos que hay en las paredes de la habitación.
Tú me observas, no quitas tu vista de mí; yo en cambio la evito. No puedo, no puedo! Todo menos mirarte a los ojos.
Quiero que hablemos, pero me da pánico dirigirte la palabra.
Quiero que hablemos, pero no sé cómo empezar.
No seas tan caballero y rompe mi silencio.
Te lo ruego, rompe mi silencio.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Y si...

Si hubiese nacido en la comunidad de la Nopalera, no hubiese ido a la universidad, incluso es probable que no hubiese terminado la secundaria. Es muy posible que estuviese casada y fuese mamá de dos o tres hijos. Seguramente pasaría los días en nuestra casa de propiedad con paredes de lámina y suelo de tierra; me preocuparía por cosas como cómo conservar los alimentos sin tener nevera y cómo hacer durar al máximo 10L de agua potable. Iría a las juntas que convocan mis vecinos para luchar por calles pavimentadas y no de tierra y por luz eléctrica en mi comunidad.

Pero nací en Santa Coloma, después de la carrera me puse a trabajar y ya pensando en másters y de más. Mi boda la veo lejos y los niños más cercanos que tengo son los que juegan en el colegio de al lado de casa, la casa de mis padres, donde vivo sin pasar frío ni mancharme los pies de barro cuando llueve, porque el suelo es de parqué y el agua no cala por ranuras y tampoco pienso mucho en si tiro el vaso que quedó lleno de agua o si tardo en cerrar el agua del grifo cuando me lavo los dientes. Las reuniones de vecinos me traen sin cuidado y las del barrio ni siquiera sé si existen.

Siento que el ser partícipe de esta realidad no deja indiferente, que sus lágrimas ante la impotencia y la indignación ablandan un poquito el corazón. Siento que necesitan una esperanza, una esperanza basada en algo real, que puedan creer que hay futuro para ellos y sus hijos, un futuro que va mas allá de si tendrán un centro de salud en la colonia, un futuro que va más allá de si para la luz eléctrica necesitan hacer un escrito... Y yo quiero compartir mi esperanza, mi esperanza y fe en un reino que no hará falta luz eléctrica, un reino que las calles estarán pavimentadas de oro, un reino en el que no será necesario un centro de salud porque todos estaremos sanos...

Mientras tanto, mientras esperamos ese reino, lucharemos por vivirlo ya!


jueves, 17 de febrero de 2011

Empezando...


Ya he cumplido un mes de mi llegada a México y si algo puedo decir algo con seguridad es que Dios ha estado conmigo en todo momento.

Hace unas semanas, me encontraba sin saber qué leer y a mí mente vino Elías y dije... "veamos que encontramos en 1ª Reyes 17!!" y cuan grande fue mi sorpresa al sentirme súper identificada con él!!!!

Dios tenía preparado un itinerario perfectamente calculado para Elías, en el que en cada parada tenía siempre su sustento y su voz junto a él. 1ªReyes 17:2-4 1ª Reyes 17:8-9

Y es cómo me he sentido yo en estas semanas, he ido haciendo diferentes viajes, primero al DF, luego a Mérida, ahora en Oaxaca y en cada uno de esos lugares he sentido como Dios ha puesto a cuervos y viudas que han cuidado de mí, no sólo lo relaciono con el alimento físico (que también, porque no han faltado ni frijoles, ni tacos ni batidos de plátano y chocolate) pero también de manera espiritual dándome la palabra que he necesitado.

Ahora sólo le pido que me haga igual de obediente que Elías, que tenga esa capacidad de no cuestionar su palabra sino que me levante y vaya y que el mismo impacto que causó él en la casa de la viuda de Sarepta lo pueda tener yo en esta casa en Oaxaca; que aquí también puedan decir "Reconozco que tú eres una joven de Dios y que la palabra de Jehová es verdad en tu boca"